Inversión china en Chile: las razones del boom

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Hace una década, la inversión china en Chile era muy escasa. Más allá del creciente intercambio comercial, no fue sino hasta los últimos tres años que los capitales chinos llegaron de manera decidida al país. ¿Un ejemplo? En 2019 la cartera de proyectos de compañías chinas que InvestChile apoya creció un 167%, alcanzando los US$ 4 mil 852 millones. El monto no sólo habla de su acelerado interés por Chile (en 2016 la cartera era de US$ 310 millones), sino que transformó a China en la primera fuente de proyectos para la agencia.

¿Por qué invierten las empresas chinas en el extranjero? Por un lado, desde comienzos del siglo XXI el gobierno de China ha consolidado ampliamente su estrategia “Going Global”, que favorece la internacionalización de las empresas locales. Bajo esta política, China se ha convertido en uno de los principales exportadores de capital a nivel mundial (en 2019 su inversión alcanzó los US$ 117 mil 120 millones). Otro punto a considerar es que en China existe un exceso de capacidad productiva, tanto en industrias tradicionales ligadas a la infraestructura, así como en rubros más sofisticados como energías limpias y sectores de alta tecnología. Las operaciones fuera del país han posibilitado reducir dichas capacidades internas excesivas. Asimismo, algunos sectores han alcanzado niveles de liderazgo internacional, por lo que la necesidad de que esas industrias asignen recursos a nivel mundial -de acuerdo con el desarrollo de la cadena industrial- se ha vuelto más evidente. El surgimiento de China como una fuente de la Inversión Extranjera Directa se ve internamente como un paso lógico en el desarrollo económico del país.

Las empresas chinas han invertido de manera creciente en todos los continentes por dos décadas. Sin embargo, en los últimos dos años el entorno inestable de la política de inversión global y el aumento del proteccionismo han generado un impacto negativo en la inversión china, especialmente en América del Norte y Europa. En este contexto, América Latina en general y Chile en particular se han posicionado como destinos atractivos.

Prueba de ello es la evolución reciente de la inversión china en Chile, en distintos niveles. En primer lugar, con inversiones de escala mayor, como la adquisición del 24% de la propiedad de SQM por parte de Tianqi Lithium Corporation (US$ 4 mil 66 millones); o la adquisición de Chilquinta por State Grid (US$ 2 mil 300 millones). En un segundo nivel, a través de su ingreso al modelo de concesiones en obras de infraestructura, modelo que es nuevo e inusual para las empresas chinas; y en tercer lugar, a través de la diversificación sectorial, que va de las actividades más tradicionales, como minería y energía, hasta áreas como servicios globales e industria alimentaria. En estos últimos casos se cuentan la instalación del Centro de Datos de Huawei, con una inversión superior a US$ 100 millones, la adquisición de la salmonera Australis por parte de Joyvio, y la llegada de las aplicaciones Didi y Mobike.

Estos 50 años de relaciones diplomáticas encuentran a ambas naciones enfrentadas a coyunturas desafiantes, pero con una relación de inversión madura.